El Índice de Secreto Financiero está diseñado para identificar a los mayores contribuidores de riesgos de secreto financiero y comprender sus orígenes para que las personas y los reguladores que les representan puedan tomar medidas fundamentadas.
Uso de los desgloses del puntaje de opacidad para abordar el secreto financiero en cada país
El desglose del puntaje de opacidad de una jurisdicción es algo más que un informe. Es un manual de resolución de problemas que identifica las leyes y lagunas que pueden corregir los reguladores para abordar el secreto financiero.
Los sistemas financieros y jurídicos de cada jurisdicción se califican en función de 20 indicadores de opacidad para obtener el puntaje de opacidad final, que es una medida del margen de maniobra para el secreto financiero que permiten los sistemas financieros y jurídicos de una determinada jurisdicción. Los indicadores de opacidad abarcan una serie de leyes, políticas y prácticas, como el secreto bancario, las garantías para evitar el lavado de dinero y el registro de los propietarios de bienes inmuebles. Los indicadores consisten en varios subindicadores que conforman hasta 70 puntos de datos con los que se califica cada jurisdicción. Para cada punto, el Índice de Secreto Financiero aporta pruebas para explicar la calificación de la jurisdicción. Todos estos datos pueden consultarse en la sección «Desglose del puntaje de opacidad» del perfil de país de cada jurisdicción aquí.
Todas las jurisdicciones permiten un cierto grado de secreto financiero, consciente o inconscientemente. Se suele pensar en la opacidad de jurisdicciones en blanco y negro. Es decir, si un país es o no una jurisdicción opaca. Esta idea binaria de opacidad se ha popularizado especialmente por las «listas negras de guaridas fiscales», como la lista de la UE de jurisdicciones que no cooperan. En la práctica, todas las jurisdicciones se sitúan en algún punto del espectro del secreto financiero. Es por esto que el Índice de Secreto Financiero es un índice y no una lista. Está diseñado para evaluar en qué punto del espectro de secreto financiero se encuentran los países.
Esto supone que todas las jurisdicciones, ya sean grandes o pequeñas, tienen la responsabilidad de reducir su contribución al secreto financiero.
Principales recomendaciones
La propuesta de un registro mundial de activos ha cobrado relevancia rápidamente después de que el primer ministro italiano Mario Draghi pidiese en marzo 2022 un registro internacional de activos para quienes tengan activos de más de 10 millones de euros. Los comisarios de la Comisión Independiente de la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés), incluidos importantes economistas como Gabriel Zucman, Joseph Stiglitz y Thomas Piketty, así como la jueza de instrucción francesa Eva Joly, en una carta enviada en abril 2022, instaron al G20 a crear un registro mundial de activos.
Un registro mundial de activos es un exhaustivo registro internacional de toda la riqueza y los activos de alto nivel, junto con sus verdaderos beneficiarios finales. Podría adoptar la forma de un recurso interconectado que vincule los registros de activos nacionales y regionales de todo el mundo. Al proporcionar un recurso mundial centralizado que detalle a quién pertenece qué y dónde, un registro mundial de activos aportaría al Estado de derecho billones en riqueza y activos ocultos en terceros países y proporcionaría los medios para medir, comprender y abordar la desigualdad del mundo.
Actualmente, hay más riqueza oculta en países terceros, más allá del Estado de derecho, que dólares estadounidenses y euros cambiando de manos: más del doble, para ser exactos». Esta riqueza ilícita es una amenaza para nuestras democracias, nuestras economías y nuestra seguridad. Los gobiernos deben establecer y vincular los registros mundiales de activos para legislar y aportar transparencia a los billones ocultos en terceros países y erradicar la era del Lejano Oeste de la riqueza.